Debutó la boleta única en La Plata y los votantes tempraneros contaron al móvil de 0221 cómo fue su primera experiencia en el cuarto oscuro.
Las elecciones 2025 marcan un cambio histórico en todo el país y especialmente en la ciudad de La Plata, donde la boleta única de papel se utiliza por primera vez en una elección nacional. Desde temprano, los establecimientos abrieron sus puertas con un clima de expectativa y curiosidad. Muchos votantes se encontraron con una experiencia totalmente distinta a la que conocían desde hacía décadas: pasar de un cuarto oscuro repleto de boletas partidarias a una sola hoja donde se elige mediante cruces.
En los colegios relevados , el flujo de votantes es ágil. En general, no hay filas extensas y los vecinos destacaron la rapidez del proceso. La principal coincidencia estuvo en la sensación de orden y practicidad dentro del cuarto oscuro.
Entre quienes se animaron a opinar, sobresalieron adultos mayores que, pese a su larga experiencia democrática, vivían esta novedad por primera vez. Mostraron sorpresa y, en algunos casos, humor ante el cambio. «Muy bien, top, bastante prolijo», dijo un vecino cuando salió de votar.
Para muchas personas mayores, el nuevo método quedó asociado a una idea clave: transparencia. La inexistencia de boletas partidarias amontonadas o mezcladas les dio una cuota extra de confianza en la limpieza del proceso. «Muy práctico, rápido y aparentemente inviolable», sintetizó uno de los consultados.
Hubo también palabras de elogio para el manejo de las autoridades de mesa. Más de una persona resaltó la firmeza de los procedimientos vinculados a la firma, corte de la boleta única y sellado del sobre. «Es ágil, muy rápido. El escrutinio será ligero porque acumulan por cruces y cuentan. Más seguro. Que firme solo el presidente de mesa es importante. Y lo que más me gustó es que cortó la boleta y la firmó ahí, no tenía boletas firmadas», remarcó otro frentista con evidente fascinación por la mecánica técnica del voto.
Ese testimonio se repitió como sensación general: menos manipulación, más control, más seguridad.
Otra impresión común fue la facilidad del proceso. Aunque algunos llegaban con dudas o incluso con temor a equivocarse, la mayoría reconoció que el paso por el cuarto oscuro fue más sencillo de lo imaginado.
«Me resultó fácil, pensé que iba a ser más difícil», contó uno de los entrevistados. Con una sonrisa agregó que venía «estudiando dónde meter la cruz» para asegurarse de no cometer errores.
La mayoría destacó la claridad visual de la boleta. Las categorías bien diferenciadas, el tamaño de los recuadros y las indicaciones visibles ayudaron a que cada paso fuera transparente. Lo que antes podía requerir revisar varias boletas para cortar y combinar, ahora quedó reducido a un vistazo.
Para la población más familiarizada con la tecnología, la adaptación fue todavía más natural. Aunque el sistema es completamente analógico, muchos lo asociaron con formatos que ya suelen ver en trámites digitales: selección por casillas, una sola pantalla, verificación final antes de confirmar.
Quienes históricamente se angustiaban ante la posibilidad de introducir boletas equivocadas o mezcladas liberaron tensión con la boleta única. «Antes me ponía nervioso. Ahora marqué, doblé y listo», resumió un votante mayor, como si hubiese descubierto una versión simplificada de un ritual que repitió durante décadas.
Lo llamativo fue que, al menos en los móviles que recorrieron las escuelas de La Plata durante la mañana, no fueron los jóvenes quienes más se expresaron, sino los vecinos adultos mayores, protagonistas inesperados de este debut.
Muchos de ellos acumulan una historia profunda con la democracia argentina: votaron en tiempos de boleta sábana, vivieron la transición democrática, atravesaron reformas y enfrentaron procesos electorales con múltiples dificultades logísticas. Por eso mismo, se convirtieron en una especie de termómetro ciudadano sobre la incorporación de un nuevo instrumento electoral.
Mientras tanto, la ausencia de testimonios jóvenes en esa primera franja horaria se explicó por lo que muchos imaginaban: la mayoría de los estudiantes secundarios y universitarios suele votar más tarde, incluso después del mediodía, cuando se acomodan sus horarios y juntadas grupales.
Lo interesante será ver cómo esos nuevos votantes, con cultura digital y bidoneo cero frente a la política, evalúan el mecanismo en las próximas horas.
Más allá del impacto inicial, el estreno de la boleta única de papel en La Plata abrió una puerta de modernización en el sistema electoral argentino. Juristas y especialistas en transparencia habían reclamado durante años un mecanismo que minimizara la incidencia de prácticas clientelares y simplificara procesos internos.
El ánimo de los votantes platenses, al menos en este primer corte, parece alinearse con esa expectativa: más simple, más rápido y más difícil de manipular. Tres atributos que construyen confianza ciudadana.
Resta ver cómo se desarrolla el recuento definitivo, el comportamiento de las mesas con gran afluencia juvenil y la evaluación que hagan las autoridades electorales una vez concluida la jornada.
Aunque todavía faltan muchas horas de votación, el estreno dejó una imagen clara: el cambio se sintió cómodo. Incluso para quienes llevan más elecciones encima que cumpleaños de varios candidatos.