La tradicional confitería será inaugurada este jueves y reabre sus puertas al público este viernes, con una propuesta renovada y muy atractiva.

El histórico edificio de avenida 7 y 49 terminará de cobrar vida otra vez a partir de este jueves y lo hará con un concepto distintivo y novedoso, que atraerá a un público más amplio de La Plata y la región.

Por un lado, la París seguirá conservando su impronta tradicional de panadería y confitería clásica, pero agregará cafetería de especialidad y chocolatería, un sector de mesones comunales y un restaurante coctelería muy estilo “premium” que fue bautizado como el “Blue París”.

Como se sabe, la confitería debió cerrar en abril de 2020 en medio de la pandemia. Había sido fundada a principios de la década de los años 20, en calle 7 entre 54 y 55, y mudó sus instalaciones a la esquina de calle 49 en 1941, donde estuvo ubicada en adelante y hasta estos años recientes.

En 2021 los hermanos Marcelo y Carlos Leuzzi se propusieron como objetivo recuperar para los platenses la tradicional confitería y comenzaron las obras de remodelación y ampliación, ya que en el mismo edificio comenzó a construirse el espacio gastronómico IAG (Instituto Argentino de Gastronomía, sede La Plata), que funciona actualmente; junto a las oficinas y el mediahub de 0221.com.ar.

“La París es una de las pocas marcas centenarias que conserva La Plata. Que la ciudad no tenga este emblema representativo no podía pasar, y eso motivó la idea de recuperarla, con todo el desafío que esto implica”, cuenta Mariano Leuzzi, gerente actual del comercio y uno de los encargados del relanzamiento del local.

Los empresarios reconocen además que la confitería está emplazada en una zona particular, epicentro de avenida 7, y muy cercana a la sede del Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata, la Legislatura provincial y la Casa de Gobierno, por lo que apuestan también a una puesta valor de esa zona con la reapertura del local gastronómico en esa esquina.

Al mismo tiempo, otro de los objetivos centrales del grupo fue el de maximizar los espacios en los 3.500 metros cuadrados de la estructura total, con la incorporación del IAG y de 0221.com.ar, como también la idea de optimizar cada metro cuadrado del edificio (1.270 m2 que pertenecen al local) a partir de la distribución de la espacialidad. Con este fin es que se incorporaron más sectores y se abrieron al público sitios como el de la panadería, para que los clientes puedan tener a la vista todas las especialidades y creaciones exquisitas de la gran chef patissier Rocío Serrano y su equipo.

La idea fue mantener, con su fisonomía e impronta, todo el sector de confitería, con pastelería y panadería a la vista, a la que sumaron chocolatería y café de especialidad, con la incorporación de un roaster (tostador) para que los clientes puedan presenciar cómo se tuesta el café tal como lo harían en una fábrica de café.

Para ello se agregaron circuitos de caños transportadores que llevan el café a las distintas estaciones; una barra central donde se harán los blends de café, especialidades con cafés originarios de Colombia, Brasil o El Salvador, y otros países de Centroamérica; y por última, otra barra donde se podrá adquirir el café y llevarlo en su envase al mejor estilo “Starbucks”.

Leuzzi apunta el detalle de que la confitería en sus inicios, cien años atrás, era básicamente cafetería, y es por eso que les pareció oportuno que volviera esa impronta.

Pero a todo lo anterior, además, sumaron otros espacios como el del museo en el subsuelo, con las máquinas originales que se utilizaban en los primeros años de vida de la París, en la década de 1920. “Algunos historiadores nos acercaron información de esa época e incluso una publicidad gráfica que tiene la imagen de una de esas máquinas, que hoy está en el museo, lo que nos llena de orgullo y nos parece un muy lindo motivo para abrirlo al público y que la gente pueda conocer esas máquinas y elementos de la época”, relata Leuzzi. A este sector, que resguarda la entrañable historia de la confitería, se podrá acceder por escaleras como también por ascensor, otra de las comodidades incorporadas.

De este modo, los platenses se encontrarán con el espacio clásico de la confitería, atendido por los mozos del lugar, las nuevas incorporaciones y el museo, y otro sector de mesones comunitarios, donde podrán sentarse con su bandeja luego de pedir su menú y almorzar o cenar de manera más relajada e informal.

Así, la barra central mencionada es la que abastecerá a la confitería, a la que se suma una barra independiente (la de panadería y pastelería) y la barra de comidas, pensada para este sector de mesones. Detrás de esta última funcionará un horno pizzero, con lo cual se podrán pedir pizzas al taglio (al corte), panninis, sandwiches con panes especiales y exquisitos todos, además de ensaladas, pastas, y una variedad de platos a base de carne de vaca, pollo y cerdo.

A esta distribución se le sumó, por último, un espacio en un nivel más alto en donde funcionará “Blue”, el restaurante de la París, exclusivo para no más de 28 comensales, y con una amplia variedad en coctelería y platos de diseño. La elaboración de la comida estará a cargo de Leandro Barroso, reconocido chef ejecutivo de cocina del Grupo Apunto.

“Lo que se buscó es una combinación de lo tradicional con lo moderno, y creemos haberlo logrado muy satisfactoriamente”, asegura Mariano Leuzzi. Y agregó: “Todos los sectores se diferencian unos de otros porque están en distintos niveles de alturas, o plataformas, lo que también otorga al visitante una vista panorámica excelente del lugar, desde donde esté situado”.

Pese a las grandes modificaciones del espacio, el grupo se puso como objetivo que estuviese presente el espíritu de “la confitería de la esquina”, donde los visitantes irán a reunirse entre amigos para compartir un momento y encontrarán dónde sentarse y ser atendidos; pero, asimismo, podrán hallar otras opciones en el nuevo sector a partir de una impronta más moderna. “El desafío era ese: innovar sin dejar de lado lo tradicional, porque creemos que lo clásico es parte de la identidad de la marca”, insiste Leuzzi.

Tal fue la firmeza con la que se plantearon ese desafío, que incluso la característica letra de la cartelería fue “remodelada” pero de manera casi imperceptible, para conferirle una identidad más actual pero sin perder su forma distintiva.

De este modo, los platenses -y otros visitantes de la región- podrán reencontrarse desde este viernes con la esencia misma de la París, entrañable para muchos.

Lo harán al redescubrir la calidad de cada producto que ofrece la nueva y vieja confitería, pero también, por supuesto, a la hora de acceder a un lugar muy vinculado con la propia comunidad platense y su historia. Una propuesta para no dejar pasar.

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